miércoles, 19 de marzo de 2008

Mas colores




Debieramos haber ido pero lo olvidamos. Era cosa de seguir la amena conversación que teniamos con mi esposo, caminando hacia la Estación Mapocho la madrugada del domingo recien pasado y hacer hora hasta las 08:00 a.m. No nos costaba nada, vivimos a un paso y tendriamos en nuestras manos el privilegio de ver al maestro Morricone por unica vez en nuestro país. Pero lo olvidamos y ya no podemos hacer nada. Las 10.000 entradas disponibles para la velada se agotaron en un abrir y cerrar de ojos.
Y eso es buenisimo. Una muy buena señal. Que toda esa masa humana haya madrugado un domingo o bien hayan interrumpido algun carretito para darse la lata de esperar un eterno par de horas fuera de la estación, para recibir las entradas gratuitas, nos esta demostrando que en Chile si valoramos las verdaderas expresiones de arte. Queda demostrado una vez mas que no solo de reggeaton con grupitos baratos y sandías caladas del vulgar meneo se puede llenar un estadio. Son muchas mas las instancias artisticas , innovadoras y verdaderas que pueden reactivar nuestro interés por la cultura. Echemos una mirada atras.

En enero del año pasado el Festival Teatro a Mil en conjunto con la embajada de Francia, cerró su ciclo de presentaciones con la visita de la Cía Royal de Luxe, quienes impactaron con la historia de la niña de 7 mts que va en busqueda del rinoceronte perdido llamada "El Elefante y el Sultán".
El evento que nos mantuvo expectantes los días previos, debido a las intervenciones urbanas en algunos sectores de la capital provocadas por el animal fugitivo, marcó un hito en cuento a expresiones artisticas al aire libre. Fueron millones de santiaguinos quienes tuvimos la oportunidad de disfrutar de la megaproducción y apreciar la perfección con la que trabaja esta compañía francesa de teatro callejero. Y fue Chile el país escogido para dar inicio a este viaje por el mundo.
La marioneta , que me recordó a las clásicas imagenes de los cuentos infantiles de antaño, logró sacarme de casa un domingo y mantenerme esperando ansiosa mas de 3 horas de pie, sumergida entre una multitud con 30° sin sombra, solo para mirarla unos minutos. Cual Gulliver con sus liliputienses dandole vida a cada uno de sus movimientos, provocó una tensión y emoción que se expandía a medida que tumbaban sus pasos desde Pza Italia hasta la Moneda. En un momento ese aburrido domingo se transformó en una fiesta con miles de santiaguinos alucinados, algo muy extraño en esta ciudad, donde la expresión mas comun es la de un bostezo permanente.

Si viajamos un poco mas atrás en el tiempo , para el crudo invierno del 2002 el fotografo Spencer Tunick desnudó a medio Santiago una fria mañana de domingo del mes de Junio. La convocatoria, a pesar de la incertidumbre de los organizadores fue demoledora, mas de 5000 jovenes en pleno parque forestal y frente a muchas miradas furtivas , despojándose de sus pilchas y de paso de las costumbres, del tedio, de la rutina, de la pacateria que lleva en la piel nuestra ciudad; esperando en cueros , con 0 grados, ser inmortalizados por el lente de este artista visual. Debido a las ciscunstancias en que se tomaria la foto, pequeños grupúsculos de fanáticos religiosos tambien madrugaron para levantar la voz y sus pancartas inquisidoras.
La experiencia para los protagonistas será inolvidable. Seguramente con un resfrio de puta madre, pero con una sensación de liberación y rebeldia permitida que los sacó del letargo en que nos encontramos constantemente sumidos.

Siento que hace falta darle mas alegria, mas color, movimiento a nuestra ciudad. Creo que hay demasiadas protestas y muy escasas citas con el arte urbano, ese que es popular y donde no hay que gastar para disfrutar. Debe tener largos brazos para llegar a su vez a otras ciudades. No solo en Santiago estamos sedientos de muestras artisticas. Hace falta mas música, mas expresiones artisticas de vanguardia, mas artistas de calidad y peso que nos saquen de la atmosfera gris que cubre santiago y que de paso nubla nuestro horizonte de distensión.